Hall fue un antropólogo norteamericano e investigador
intercultural que dedicó gran parte de sus estudios a la comunicación
intercultural.
¿Demasiado pedante? Espera un momento. Déjame que te
explique en dos palabras de que va esto y verás como te ayuda a ser más
consciente de las diferencias culturales y como tratarlas en tus proyectos
globales.
Hall hace una distinción entre Culturas de Contexto Alto y
Contexto Bajo.
Las Culturas de Contexto Alto (High Context Cultures) se
caracterizan por la presencia de elementos contextuales que ayudan a la gente a
entender las reglas. En la comunicación, las palabras pierden importancia en
beneficio del contexto. Se utilizan pocas palabras pero de alto significado porque
el grupo cultural las sobrentiende. Se da más importancia al aspecto no verbal
de la comunicación (como el lenguaje corporal) que a la exactitud de las
palabras. Japón, gran parte de países asiáticos, África, países árabes y en
general Hispanoamérica, son ejemplos de estas culturas. En este ámbito suelen
tenerse en cuenta los sentimientos y la intuición, así como la lealtad, la
confianza y el respeto para con el grupo. Cabe añadir que esto puede ser
confuso para aquellas personas que no entienden las normas “no escritas” de la
cultura.
Por el contrario, las Culturas de Contexto Bajo (Low
Context Cultures) tienen como característica principal que basan la
comunicación en el lenguaje verbal, dando gran importancia a la lógica y el
razonamiento verbal. En este tipo de culturas pocas normas se toman como
sabidas, lo que significa que es una cultura que precisa de más explicaciones y
que, por lo tanto, genera menos posibilidad de malentendidos. Las palabras
transmiten la mayor parte de la información. Países europeos de influencia
anglosajona, Estados Unidos y Australia son ejemplos de culturas de bajo
contexto.
¿Quiere esto decir que en un equipo de proyecto miembros de
dos países de culturas similares se van a entender mejor? No necesariamente.
Por ejemplo, cuando un español y un japonés trabajen juntos, se darán cuenta
que los dos tienden a aburrirse cuando los ingleses o alemanes no paren de
requerir información detallada o se empeñen en dejar todo por escrito. Y así
mismo, el inglés y alemán, se molestarán cuando los españoles y japoneses no
den demasiada importancia a las actas de la reunión anterior. Cuando el equipo
de proyecto se reúna para cenar, el español y el japonés se reconocerán culturalmente
más parecidos y tenderán a sentarse juntos para charlar. Pero en un entorno
empresarial, la comunicación entre los dos será incluso más difícil porque
ambos desconocen las referencias culturales que el otro utiliza en su
comunicación; al carecer de la precisión verbal de otras culturas, la cantidad
de malentendidos se puede multiplicar por dos. Más fácil lo tendrán el inglés y
el alemán que recurren a la precisión verbal para comunicarse.
Los líderes de un proyecto global deben ser BILINGUES en
comunicación de alto y bajo contexto. Deben reconocer como operan los
diferentes miembros del proyecto y facilitar que todos entiendan lo mismo en
una comunicación. En resumen, evitar en lo posible el típico: ‘Ya sé que dije negro,
pero se sobrentiende que quería decir blanco’.
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